Buscar consuelo a necesidades sociales o sentimentales es instinto básico, pero bajo los efectos embriagantes de la soledad, llegamos a idealizar y crear personajes e ilusiones, esto en la actualidad es más fácil que nunca, ya que compartir una conversación con quien sea sin importar la distancia resulta demasiado común, lo que nos crea una sensación de cercanía o compañía que a la final no es cierta.
Consecuencia de la globalización y la tecnología, muchas veces reunidos en una misma mesa conversamos mas a larga distancia que con quienes tenemos alrededor.
En la medida de lo posible yo; prefiero no jugar a esto. Me gusta más el estilo primitivo, la conversación tradicional, cercana, humana, real, de donde se crea la costumbre, la verdadera compañía, de donde nace el verdadero amor, que dura, que acostumbra, que alimenta y perdura… sin mascaras, sin poses, totalmente reales, piel a piel.
Debemos humanizarnos de nuevo.
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